viernes, 6 de febrero de 2015

37 MANGOLA Y VUELO A ESPAÑA

37 MANGOLA Y  VUELO A ESPAÑA

6 de Febrero de 2015, Mangola, Tanzania.

Dije en el Post anterior que visitar el Parque Nacional Tarangire había sido un lujo. Más lujo todavía ha sido pasar unos días con Miguel Ángel y Pepe en Mangola. Nos sentimos a gusto en su casa, en su misión y en su pueblo. Generosos, sociables, divertidos y acogedores siempre. No me extraña que tengan visitas durante todo el año. Gracias una vez más.

Concurso de tiro con arco de los HADZABÉ. No dí ni en el tablero de la diana.

Como el Gobierno no ayuda, tienen que ser los padres de alumnos los que arreglen las escuelas. Mangola

Este fue el coche con el que recorrimos África en 2010. Llegó en coma profundo. Los curas lo arreglaron y ahora les hace un servicio estupendo.
Furgoneta empaquetada y levantada sobre tacos, como me enseñó Carlos Santos.

De Mangola sólo nos queda ir a Nairobi a coger el avión a Madrid. Sí, como podréis deducir, dejamos la furgoneta en Mangola para volver en verano con Luisito, Sofi y Javi, si la economía lo permite, y darnos una vuelta por los países de la zona. Después ya veremos qué hacemos para llevar el vehículo a España; podemos embarcarlo en Mombasa (Kenia) o ir por carretera atravesando Etiopía, Sudán, Arabia Saudí, Jordania, Israel, Grecia,… pero eso ya es otra historia que os contaremos a su debido tiempo. Espero no haberos aburrido demasiado con este blog. Gracias por estar ahí.

ESTADÍSTICAS:
Inicio:                                 Brazzaville
Final:                                  Mangola, Tanzania
Kms recorridos:                 24.000km
Dias de viaje.                     127 días
Promedio:                          188Km/día
Accidentes:                        1 en frontera Sudáfrica/Zimbabwe. Parachoques delantero arrancado
Sobornos:                           1 en inmigración al entrar en Malawi.
Averías:                              Bola nylon varillas cambio (Brazaville)
                                            Dos amortiguadores traseros (Upington, RSA)
                                            Clausor bloqueado. (Hwange NP, Zimbabwe)
                                            Cortacorrientes casero desoldado. (Quelimane, Mozambique)
                                            Parachoques delantero arrancado. (embarrada en Mozambique)
                                            Gomita varilla cambio. (Mbeya, Tanzania)
Pinchazos:                         3. Fricksburg (RSA), Karonga (Malawi) y Tarangire (Tanzania)
Mantenimiento:                 4 neumáticos nuevos en Windhoek (chinos, de asfalto)
                                           4 cambios de aceite.

36 TANZANIA

36 TANZANIA

6 de Febrero de 2014, Mangola, Tanzania

Encontramos Tanzania bastante cambiada. En los últimos cinco años ha evolucionado mucho; se ve más actividad económica, más gente y, sobre todo, ciudades mucho más grandes. Como no pudimos entrar por la frontera de Mozambique tuvimos que repetir el itinerario de 2010, cuando viajamos con los tres churumbeles en el Nissan Patrol. Nos lo tomamos con calma y tardamos diez días en hacer 1.500 Km. Aprovechamos para visitar las “Usambara Mountains”, una zona de mucha vegetación y clima fresquito, cosa que se agradece. Tras circular por una carretera estrecha que serpentea por las montañas, jugándonos la vida con los autobuses que venían de frente a velocidades suicidas, llegamos a un camping precioso regentado por un ex camionero alemán, Richard y su mujer.
Richard.

Nos hubiéramos quedado allí un par de días más si no fuera porque calculé mal el tiempo que nos quedaba de viaje. Debíamos avanzar hacia Mangola, a la misión de Pepe y Miguel Ángel.
Hicimos noche en Marangu. Pernoctamos en el hotel/camping donde parábamos cuando hacíamos safaris con ADINDA. Se me encogió el corazón al entrar en el salón/comedor donde tantas veces había cenado. El establecimiento se conserva exactamente igual que hace 30 años; antes lo llevaban dos abuelitas de la era colonial, ahora son los hijos de una de ellas quienes regentan este hotel del más puro estilo británico. Volver allí fue como entrar en el túnel del tiempo. Pregunté por los trabajadores de entonces. Sólo quedaban Rhodes y Monya, supervisor general y jefa de seguridad respectivamente.

Mi amigo Rhodes. Sólo queda él de la antigua plantilla del Hotel Marangu.

Esta foto en el comedor del Hotel Marangu me trajo muchos recuerdos.
Desde allí tiramos hacia el Tarangire National Park, estupendo parque donde abundan los elefantes. Yo ya lo conocía porque había estado allí con Luisito en 2010, Alegría no, y tenía muchas ganas, así que con un esfuerzo económico de 110€ nos permitimos el último “lujo” del viaje.


Pinchazo reparado por el hijo del manager del Tarangire Safari lodge. Gratis.


Termitero tamaño "familiar" cerca de Mto Wa Mbu (Río de los mosquitos). Tanzania.


35 UNA DE MECÁNICA

35 UNA DE MECÁNICA

6 de Febrero de 2015, Mangola, Tanzania

Tengo que contaros esto porque es una de las cosas que yo, personalmente, más disfruto en África. El ingenio, la creatividad, la habilidad y la capacidad para solucionar problemas mecánicos es una de las cosas que más admiro en la gente de este continente, también en Asia y América.
Se nos había roto un casquillo del varillaje de la caja de cambios. Una anillo de goma que unía dos piezas metálicas. Yo lo había apañado con un tubito de PVC que tenía por ahí escondido, un poco de cinta aislante y una brida. Había funcionado muy bien, pero no estaba tranquilo. Al llegar a Mbeya, al sur de Tanzania, vimos tiendas de repuestos. Preguntamos, pero nadie tenía una pieza igual ni parecida. Se me ocurrió meterme en un taller africano que consistía en un solar mugriento con suelo de tierra lleno de basura, piedras, baches, coches desvencijados y manchurrones de grasa por todos lados. Le enseñé a un grupo de jóvenes con mono de trabajo los restos de la pieza rota. Al instante uno de ellos me agarró de la mano y me llevó al solar de al lado. Allí le enseñó la pieza a un paisano, intercambió unas palabras con él y se volvió a su taller. Yo no entendía nada. Enseguida el hombre me preguntó:
-¿Cuántas piezas como ésta quiere?
-¿Cuánto me vas a cobrar?
-Mil chelines (unos 50 céntimos de Euro)
-Pues quiero dos.
A ese precio me puedo permitir llevar otro casquillo de repuesto, pensé.
El "ingeniero" rebuscó en el suelo y eligió un trozo de goma sacado de un neumático viejo de camión y con un cuchillo viejo afilado como si fuera un bisturí empezó a esculpir un casquillo siguiendo el modelo aportado por mí, bastante deteriorado, por cierto. No le hizo falta mirarlo mucho. enseguida se puso en acción.
Neurocirujano en acción.
Tanto Ale como yo nos quedamos boquiabiertos viendo a ese joven manejando la goma y el cuchillo lubricado con jabón, exhibiendo una habilidad de neurocirujano. Era increíble ver cómo trabajaba. Se notaba que había hecho ese trabajo unos cuantos miles de veces. En unos diez minutos teníamos un par de copias estupendas de la pieza. Pasamos un rato maravilloso. Mejor que viendo la tele. De los mejores momentos del viaje, al menos para mí.
La pieza nueva a la izquierda, La vieja, en dos trozos, a la derecha.

Por cierto, el nuevo casquillo entró en su alojamiento sin problemas, con un ajuste perfecto y funciona de maravilla.

Casquillo colocado. Mejor que la pieza original de la casa Volkswagen.