viernes, 24 de abril de 2015

38 VÍDEO RESUMEN

38 VÍDEO RESUMEN

24 de Abril 2015, Madrid


Este es un vídeo que resume en cuatro pinceladas este viaje.


VÍDEO

viernes, 6 de febrero de 2015

37 MANGOLA Y VUELO A ESPAÑA

37 MANGOLA Y  VUELO A ESPAÑA

6 de Febrero de 2015, Mangola, Tanzania.

Dije en el Post anterior que visitar el Parque Nacional Tarangire había sido un lujo. Más lujo todavía ha sido pasar unos días con Miguel Ángel y Pepe en Mangola. Nos sentimos a gusto en su casa, en su misión y en su pueblo. Generosos, sociables, divertidos y acogedores siempre. No me extraña que tengan visitas durante todo el año. Gracias una vez más.

Concurso de tiro con arco de los HADZABÉ. No dí ni en el tablero de la diana.

Como el Gobierno no ayuda, tienen que ser los padres de alumnos los que arreglen las escuelas. Mangola

Este fue el coche con el que recorrimos África en 2010. Llegó en coma profundo. Los curas lo arreglaron y ahora les hace un servicio estupendo.
Furgoneta empaquetada y levantada sobre tacos, como me enseñó Carlos Santos.

De Mangola sólo nos queda ir a Nairobi a coger el avión a Madrid. Sí, como podréis deducir, dejamos la furgoneta en Mangola para volver en verano con Luisito, Sofi y Javi, si la economía lo permite, y darnos una vuelta por los países de la zona. Después ya veremos qué hacemos para llevar el vehículo a España; podemos embarcarlo en Mombasa (Kenia) o ir por carretera atravesando Etiopía, Sudán, Arabia Saudí, Jordania, Israel, Grecia,… pero eso ya es otra historia que os contaremos a su debido tiempo. Espero no haberos aburrido demasiado con este blog. Gracias por estar ahí.

ESTADÍSTICAS:
Inicio:                                 Brazzaville
Final:                                  Mangola, Tanzania
Kms recorridos:                 24.000km
Dias de viaje.                     127 días
Promedio:                          188Km/día
Accidentes:                        1 en frontera Sudáfrica/Zimbabwe. Parachoques delantero arrancado
Sobornos:                           1 en inmigración al entrar en Malawi.
Averías:                              Bola nylon varillas cambio (Brazaville)
                                            Dos amortiguadores traseros (Upington, RSA)
                                            Clausor bloqueado. (Hwange NP, Zimbabwe)
                                            Cortacorrientes casero desoldado. (Quelimane, Mozambique)
                                            Parachoques delantero arrancado. (embarrada en Mozambique)
                                            Gomita varilla cambio. (Mbeya, Tanzania)
Pinchazos:                         3. Fricksburg (RSA), Karonga (Malawi) y Tarangire (Tanzania)
Mantenimiento:                 4 neumáticos nuevos en Windhoek (chinos, de asfalto)
                                           4 cambios de aceite.

36 TANZANIA

36 TANZANIA

6 de Febrero de 2014, Mangola, Tanzania

Encontramos Tanzania bastante cambiada. En los últimos cinco años ha evolucionado mucho; se ve más actividad económica, más gente y, sobre todo, ciudades mucho más grandes. Como no pudimos entrar por la frontera de Mozambique tuvimos que repetir el itinerario de 2010, cuando viajamos con los tres churumbeles en el Nissan Patrol. Nos lo tomamos con calma y tardamos diez días en hacer 1.500 Km. Aprovechamos para visitar las “Usambara Mountains”, una zona de mucha vegetación y clima fresquito, cosa que se agradece. Tras circular por una carretera estrecha que serpentea por las montañas, jugándonos la vida con los autobuses que venían de frente a velocidades suicidas, llegamos a un camping precioso regentado por un ex camionero alemán, Richard y su mujer.
Richard.

Nos hubiéramos quedado allí un par de días más si no fuera porque calculé mal el tiempo que nos quedaba de viaje. Debíamos avanzar hacia Mangola, a la misión de Pepe y Miguel Ángel.
Hicimos noche en Marangu. Pernoctamos en el hotel/camping donde parábamos cuando hacíamos safaris con ADINDA. Se me encogió el corazón al entrar en el salón/comedor donde tantas veces había cenado. El establecimiento se conserva exactamente igual que hace 30 años; antes lo llevaban dos abuelitas de la era colonial, ahora son los hijos de una de ellas quienes regentan este hotel del más puro estilo británico. Volver allí fue como entrar en el túnel del tiempo. Pregunté por los trabajadores de entonces. Sólo quedaban Rhodes y Monya, supervisor general y jefa de seguridad respectivamente.

Mi amigo Rhodes. Sólo queda él de la antigua plantilla del Hotel Marangu.

Esta foto en el comedor del Hotel Marangu me trajo muchos recuerdos.
Desde allí tiramos hacia el Tarangire National Park, estupendo parque donde abundan los elefantes. Yo ya lo conocía porque había estado allí con Luisito en 2010, Alegría no, y tenía muchas ganas, así que con un esfuerzo económico de 110€ nos permitimos el último “lujo” del viaje.


Pinchazo reparado por el hijo del manager del Tarangire Safari lodge. Gratis.


Termitero tamaño "familiar" cerca de Mto Wa Mbu (Río de los mosquitos). Tanzania.


35 UNA DE MECÁNICA

35 UNA DE MECÁNICA

6 de Febrero de 2015, Mangola, Tanzania

Tengo que contaros esto porque es una de las cosas que yo, personalmente, más disfruto en África. El ingenio, la creatividad, la habilidad y la capacidad para solucionar problemas mecánicos es una de las cosas que más admiro en la gente de este continente, también en Asia y América.
Se nos había roto un casquillo del varillaje de la caja de cambios. Una anillo de goma que unía dos piezas metálicas. Yo lo había apañado con un tubito de PVC que tenía por ahí escondido, un poco de cinta aislante y una brida. Había funcionado muy bien, pero no estaba tranquilo. Al llegar a Mbeya, al sur de Tanzania, vimos tiendas de repuestos. Preguntamos, pero nadie tenía una pieza igual ni parecida. Se me ocurrió meterme en un taller africano que consistía en un solar mugriento con suelo de tierra lleno de basura, piedras, baches, coches desvencijados y manchurrones de grasa por todos lados. Le enseñé a un grupo de jóvenes con mono de trabajo los restos de la pieza rota. Al instante uno de ellos me agarró de la mano y me llevó al solar de al lado. Allí le enseñó la pieza a un paisano, intercambió unas palabras con él y se volvió a su taller. Yo no entendía nada. Enseguida el hombre me preguntó:
-¿Cuántas piezas como ésta quiere?
-¿Cuánto me vas a cobrar?
-Mil chelines (unos 50 céntimos de Euro)
-Pues quiero dos.
A ese precio me puedo permitir llevar otro casquillo de repuesto, pensé.
El "ingeniero" rebuscó en el suelo y eligió un trozo de goma sacado de un neumático viejo de camión y con un cuchillo viejo afilado como si fuera un bisturí empezó a esculpir un casquillo siguiendo el modelo aportado por mí, bastante deteriorado, por cierto. No le hizo falta mirarlo mucho. enseguida se puso en acción.
Neurocirujano en acción.
Tanto Ale como yo nos quedamos boquiabiertos viendo a ese joven manejando la goma y el cuchillo lubricado con jabón, exhibiendo una habilidad de neurocirujano. Era increíble ver cómo trabajaba. Se notaba que había hecho ese trabajo unos cuantos miles de veces. En unos diez minutos teníamos un par de copias estupendas de la pieza. Pasamos un rato maravilloso. Mejor que viendo la tele. De los mejores momentos del viaje, al menos para mí.
La pieza nueva a la izquierda, La vieja, en dos trozos, a la derecha.

Por cierto, el nuevo casquillo entró en su alojamiento sin problemas, con un ajuste perfecto y funciona de maravilla.

Casquillo colocado. Mejor que la pieza original de la casa Volkswagen.

sábado, 31 de enero de 2015

34 MALAWI

34 MALAWI

31 de Enero de 2015, Marangu, Tanzania.

Blantyre es la capital económica de Malawi, allí acampamos en un camping regentado por un matrimonio mayor. Como casi siempre éramos los únicos clientes. Para llegar allí tuvimos que pasar por unas calles que mostraban los efectos de las últimas semanas de lluvias torrenciales. Grandes zanjas, barro, inmensos baches y charcos.  Algunos jóvenes trabajaban rellenando los agujeros con ladrillos y piedras; a cambio, los automovilistas les daban propinas. Tras cenar unas sopas de sobre y vernos un par de episodios de “Breaking Bad” nos metimos en la cama sintiendo en el techo de la furgoneta el furioso impacto de la lluvia durante toda la noche. Es una sensación agradable estar dentro la “Hippie” con lluvia fuera. No entra ni una gota de agua.

Mercadillo de artesanía en Lilongwe

Lilongwe es la capital oficial. Allí pasamos un par de días porque Ale quería comprar artesanía para la fiesta benéfica de “Mangola”. Junto a la oficina de correos hay un buen grupo de artesanos que venden sus piezas a precios muy buenos. Ese sitio ya lo tenía yo fichado desde la época de los safaris. Alegría, con la ayuda de Chof, se puso morada hace cuatro años cuando pasamos por aquí en el Nissan Patrol camino de Ciudad del cabo. Para no faltar a la tradición, esta vez también se ha puesto morada: me ha llenado la furgo de artesanía; de acuerdo, exagero un poco. 
Nos instalamos en el Club de Golf que era el sitio donde acampábamos cuando veníamos con ADINDA. Todo seguía exactamente igual que hace 20 años. Aprovechamos el buen internet del lugar para sacar los billetes de avión. Volveremos a Madrid el 11 de Febrero desde Nairobi.
De allí nos fuimos a Nkhata Bay, pequeña población pesquera a orillas del lago Malawi. Lugar paradisíaco. Tan sólo la pertinaz lluvia nos ha chafado un poco estos cinco días de relax. Pese a ello, nos hemos puesto al día en muchas tareas: colada, mantenimiento de la furgo, Internet, whatsapp y lectura.

Nuestro lodge en Nkhata Bay

En el zapatero. Nkhata Bay
Lago Malawi. Nkhata Bay. Parece el barco de "La Reina de África"
Hemos conocido a gente muy interesante durante estos días. Nico y Evo viajan en una furgoneta "camper" desde Sudáfrica a Europa y vuelta. Tienen un blog muy interesante en el que relatan su experiencia pero además incluyen entrevistas a personas que han dado un cambio drástico en su vida. Vale la pena ojearlo:  
trailsoflight.net

Ya en el norte, camino de Tanzania, pinchamos, y al cambiar la rueda vi que quedaban toneladas de barro apelotonadas en las pinzas del freno; a la mañana siguiente me dediqué a limpiarlo, después llevamos la rueda a arreglar al más puro estilo africano, es decir: a martillazos. Quedó para repuesto; estoy seguro de que nada más ponerla y circular con ella, se irá al garete. Ya se verá.
En Karonga, Malawi. Una novia en cada puerto, aunque mi cara no es de mucho entusiasmo.


Reparando el pinchazo.

Quitando barro de las pinzas de freno.

Lago Malawi.

lunes, 19 de enero de 2015

33 LLUVIAS TORRENCIALES. LA GRAN DUDA

33 LLUVIAS TORRENCIALES. LA GRAN DUDA

19 de Febrero de 2015, Lilongwe, Malawi.

Pasamos de Zimbabwe a Mozambique por la frontera de Mutare en poco más de media hora. Chupado. Cuando ya salíamos del puesto fronterizo, el muchacho de la barrera nos preguntó hacia dónde íbamos.
-Hacia el norte, dirección Tanzania.
-Pues tenéis un problema.
-¿Ah, sí?
-Si. La carretera está cortada por las lluvias antes de Nampula.
Efectivamente, Nampula está en nuestra ruta hacia el norte y no hay otra vía que nos lleve a Tanzania por Mozambique.
-El agua se ha llevado por delante un puente, supongo que en unos cuatro o cinco días la cosa quedará resuelta- nos dijo.
Seguimos nuestro camino pensativos. Eso de que el puente estará reconstruido o reparado o “apañado” habrá que verlo. Aunque es la vía más importante del país, si no paran las lluvias no se puede reparar nada.
Puente roto que mantiene incomunicado el norte de Mozambique.

Decidimos seguir con nuestro plan que era ir a la playa unos días y esperar a ver qué pasaba. Queríamos ir a Quelimane, población costera con alojamientos playeros, a la que se podía acceder por carretera sin inundaciones. Sin embargo, unos 100 km antes de llegar pasamos por un puente que aguantaba un caudal de agua espectacular. El nivel de agua llegaba casi hasta el asfalto; si subía un poco más el puente se podía ir al garete. Pensamos dar la vuelta y olvidarnos de la playa porque si el puente cedía nos quedaríamos bloqueados durante semanas. Decidimos seguir. Unos kilómetros más adelante atravesamos una poblado totalmente inundado, con casas, coches y camiones asomando sólo los techos, todo el mundo en la carretera, gente llorando. Espectáculo dantesco. Decidimos seguir hacia la playa pero con más miedo todavía.
180 personas muertas en las inundaciones.


Esta mujer intentaba salvar su ganado de las inundaciones.


Estuvimos en Zalala, cerca de Quelimane. Playa impresionante, ni un turista, sólo algún pescador y algún dominguero local. Cenamos en un restaurante en el que éramos los únicos clientes.


Las lluvias seguían y por ello decidimos movernos. Llegamos al cruce donde nos podían informar acerca del puente arrasado. Un camionero tumbado bajo el tráiler de su propio camión nos confirmó que la carretera seguía cerrada y tardaría semanas en abrirse. Nos recomendó una ruta hacia Malawi compuesta por un tramo de asfalto y otro de tierra, unos 100Km. No lo dudamos, la alternativa hubiera sido un rodeo de 1500km vía Tete. Al meternos en la pista preguntamos a un paisano cómo estaba la carretera.
-Está bien, no hay problema.
-¿Pero los vehículos están pasando?- Pregunté.
-Si, poco a poco.
Mal asunto pensé. Cuando un africano te dice "poco a poco" es que la vía está de pena. De la primera embarrada nos sacó la "caterpillar" de las obras cercanas. De otros cinco puntos complicados, barro a tope, nos sacó nuestro ángel de la guarda que, como dice Virginia V, lo tenemos hecho jirones. Finalmente, del gran lodazal nos sacaron los muchachos de la aldea cercana; pagando, lógicamente. 





El niño se llama David. Fue mi ayudante durante las reparaciones "post-barro".
He de destacar aquí las cualidades extraordinarias de nuestra furgoneta a la hora de pasar por sitios difíciles, grandes zanjas, terrenos resbaladizos, arena o barrizales. El sitio más complicado fue un punto en donde tres camiones estaban atascados en paralelo. La única forma de pasar era subirse a la huerta adyacente tirándose previamente a la cuneta, una zanja de un metro de profundidad a más velocidad de la que tu instinto de conductor de recomienda, para luego subirse al montículo donde el terreno ya estaba duro y seco. La "Hippie" se tragó el desnivel sin pestañear. A veces parece imposible que pase por determinados sitios sin partirse por la mitad. La verdad es que es muy robusta. Una vez en la huerta del vecino, ya de noche, con unas cuantas ayudas de los "empujadores" conseguimos pasar al otro lado del atasco. Esto lo he contado en unos segundos, pero la realidad es que nos tiramos la tarde entera y parte de la noche trajinando. Quedamos atascados en el barro cuatro veces. Tarde inolvidable para nosotros y para la población local que se acomodó en los promontorios cercanos para ver el espectáculo de los camiones y coches luchando por salir del barrizal.

No se pasa bien cuando te ves atascado en el barro con veinte jóvenes locales pidiéndote dinero por empujar, la pista bloqueada por tres camiones, otros tantos esperando a pasar, la noche que se te echa encima, tu coche con el parachoques delantero arrancado de cuajo, el trasero arrancado a medias, barro hasta dentro de la guantera y sin comer. Menos mal que el último intento salió bien y conseguimos sortear el barullo. Tras pagar a los empujadores/escarbadores, seguimos un par de kilómetros e hicimos noche a un lado de la carretera tras cenarnos unos huevos fritos con chorizo. Una delicia. Si, aquí en Mozambique, antigua colonia portuguesa, se consigue chorizo. A la mañana siguiente reparamos los parachoques y continuamos el viaje hasta la frontera con Malawi sin más contratiempos.

Las complicaciones de la carretera quedaron compensadas por lo auténtico de esta zona remota de Mozambique. Se trata de áreas poco transitadas, con poblados y gente que no han visto un turista ni en pintura. La sensación de estar atravesando África profunda compensa con creces la dureza de la pista.

Al entrar en Malawi dimos con un oficial de Inmigración corrupto que nos dio visa de un mes por el precio de una de tránsito, a cambio de no hacer recibo. Ante nuestros ojos se metió los 85€ en el bolsillo. La verdad es que me dí cuenta, lelo de mí, al final, cuando ya estaba todo hecho. Alegría se lo olió cuando nos dijo "pasad dentro de mi oficina".

INFORMACION PARA OVERLANDERS

Frontera Zimbabwe/Mozambique

De las más fáciles del viaje. Pasamos ambos lados en 35 minutos. OJO. Visa de Mozambique 76 USD. Biométrica. Te hacen la foto y te toman la huella digital. Cero corrupción, todo fácil. Hay muchachos que cambian dinero y una caseta para comprar seguro del coche. Nosotros ni cambiamos ni compramos seguro porque ya lo teníamos desde Namibia, por tanto, no podemos deciros cómo era el cambio ni el precio del seguro. También hay algún pesado que te quiere hacer los papeleos. Se le dice que “nones” y te deja tranquilo, no hace ninguna falta. Nota: Nosotros vamos con “Carnet de Passage”

Frontera Mozambique/Malawi por Milange
Muy fácil. Oficial de Inmigración corrupto, te da visado sin recibo lo cual se puede aprovechar para obtener descuento.

Ojo con las pistas de Mozambique en época de lluvias. 

lunes, 12 de enero de 2015

32 ANGEL MANRIQUE. HARARE

32 ANGEL MANRIQUE. HARARE

12 de Enero de 2015, Matare, Zimbabwe.

Gran Zimbabwe. Las ruinas más antiguas de áfrica al sur de las pirámides. (Eso dicen ellos)
Nos hicimos amigos de este japonés: Tetsuo

También nos hicimos amigos de Keylor, gran mecánico, mejor persona. Harare





Zimbabwe siempre había sido para mí un paraíso. Un país donde todo funcionaba bien, el paisaje espectacular, carreteras impecables, ciudades mantenidas y limpias, cielos claros y clima perfecto. Volver a Harare después de 20 años ha sido una decepción tremenda. Edificios sin mantener, calles sucias, postes de la luz caídos, cortes de electricidad, cortes de agua,…. Las cosas de Robert Mugabe.
Nuestro amigo “Topo” nos había dado el contacto de un español, Ángel Manrique, que vivía a las afueras de Harare. ¡Qué gran hallazgo! Él, su mujer Kim y los hijos, Rodrigo y Julian forman una familia feliz y divertida. Se dedica a los caballos y tiene una hermosa finca donde doma y cuida a estos animales, además da clases de equitación, entre otras muchas cosas. Llegamos para hacer una escala de una o dos noches pero se convirtieron en 5. Nos han acogido con gran generosidad y nos han introducido en la comunidad anglófona de la zona. Un grupo de personas que adoran la vida campera y organizan reuniones con frecuencia en torno a una mesa, léase braai, léase barbacoa. Hemos disfrutado mucho estos días en Ruwa. Gracias por todo Ángel y familia.

Ángel Manrique

Julian con "Peter Pan"