17 de Noviembre de 2014, Swakopmund, Namibia
16 CONVERSACIONES CON LOS LOCALES
16 CONVERSACIONES CON LOS LOCALES
Llegamos a la
gasolinera de Sesfontein al atardecer. No teníamos seguridad de que nos
sirvieran carburante porque parecía que estaban de obras. Había un grupo
de unas veinte personas trabajado en el hormigonado del suelo, sin embargo había un par de surtidores aparte. Pusimos la furgoneta
junto a uno de ellos, el que tenía una gran mancha aceitosa en el suelo de tierra, señal
de que era el surtidor de gasoil.
Llega el
operario.
-Buenas tardes,
¿Gasoil?
-Si, llene el
tanque por favor. Dije.
-Veo que están de
obras. Añadí.
-Sí, estamos
renovando todo.
-¿También han
cambiado los tanques subterráneos?
-Si, todos son
nuevos.
-Por la pinta que
tiene eso, también han puesto nuevas tuberías e instalación eléctrica.
-También eso se
ha cambiado.
El ejército de
trabajadores se dedicaba a extender el hormigón que había descargado el
camión-hormigonera. Estaban poniendo lo que sería el nuevo suelo de la estación
de servicio, reforzado con mallazo.
-¿Habéis previsto
las conexiones para los nuevos surtidores?
-Si, mire, ahí
están.
-Ah, es verdad.
Tras unos
segundos de silencio vuelvo con la conversación:
-¿Es usted el
jefe?
-No, sólo soy un
trabajador
-Tienes cara de
inteligente. Seguro que te promocionarán pronto.
Yo era sincero.
El paisano tenía cara de listo y aspecto de bosquimano. Se rió.
-Llevo trabajando
aquí 14 años
-¿De quién es la
gasolinera?
-De un particular
-¿Es un blanco?
-Si
El hombre me
preguntó por la furgoneta:
-¿La ha traído a
Namibia en Barco?
-No hemos venido
con ella por carretera.
-No me lo creo.
-Si, si, hemos
cruzado Marruecos, Mauritania Senegal, …así hasta aquí.
-La tenéis
preparada para viaje.
-Si, mira, eso de
atrás es el colchón, debajo están una tablas que se despliegan y forman una
cama que llega hasta aquí.
-¡Hoooooo!
Lo de la cama les
encanta a los africanos, pero lo del grifito con agua les parece mágico. Le
hago una demostración y se queda boquiabierto.
Después le pregunto por su familia, por sus hijos, por su casa, por su tribu, ...
El diálogo sigue
hasta que el depósito de gasoil queda lleno. Le pago, nos despedimos con un
apretón de manos y nos vamos.
Esta es una
muestra de las conversaciones que mantengo con los africanos todos los días, en
cualquier lugar y situación. Ale me dice que me enrollo con todo quisqui. Yo no
lo puedo evitar. Me encanta conversar con el personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario